viernes, 5 de noviembre de 2010

Kachō-Ōji (課長王子)

También conocida como Black Heaven.



Fue una serie corta (13 episodios) producida por AIC en el ´99.

En ella nos cuentan como Oji, un empleado mediocre y apático es contactado por extraterrestres para que les ayude en su guerra contra otra raza de alienigenas.
¿Por que?
En su juventud Oji lidero una banda (Black Heaven precisamente) con cierto éxito, y las ondas armónicas de su música activaban una poderosa super-arma que les permitió derrotar al enemigo en el pasado.
Desgraciadamente los alien han evolucionado y ya son inmunes, de manera que necesitan su música en directo.
Infiltrando agentes en su trabajo y presionándole, Oji tendrá que recuperara la vida que dejo atrás tras su matrimonio y reunir su antigua banda.



Tras esta magnifica premisa la serie va cayendo.
La animación no esta mal, de ese estilo claro, simple y dinámico que estaba en boga el siglo pasado...
Pero el ritmo es nefasto... llega a aburrir en muchas ocasiones, la trama se diluye, se repite, y anuncia maneras que luego no serán desarrolladas.
Que en una serie tan corta haya capítulos de relleno y que luego no desarrollen conceptos es imperdonables.

En un principio se nos plantea... ¿Que hicimos en la juventud? ¿Seguimos siendo la misma persona que entonces?.
Nos invita a una melancólica reflexión...
¿Amo a mi mujer? ¿Confio en ella?
El protagonista se interna en dudas que ya tenían que estar resueltas al final, pero que quedan sin resolver.
El protagonista no da el paso de hombre a héroe.... se queda en mediocre... eso es el gran lastre de la serie.


-"Esa cara se me queda a mi viendo la serie"-

Su mujer, que fue su mayor fan en su momento es ahora una preocupada ama de casa... se la presenta como poca cosa.
Sin embargo nunca se la permite participar de la trama.
El se enamora (o no) de Layla, la infiltrada extraterrestre. Parece atracción, parece que por que le presta interés, por que lo valora por lo que fue, por lo que es o por lo que sera...
El no lo deja claro, ni ella, ni la serie...

He ahí el problema... la serie se centra en el autosuplicio del protagonista, se ceba con su sufrimiento autoinducido... sin resolverlo ni llevarlo a ninguna parte.

Ni los dispersos (y flojos) toques de humor arreglan eso.

Solo (quizás) el PODEROSO tema de guitarra, "Cautionary Warning" de John Sykes.

No la recomiendo mucho... es mas el "podía haber sido" que otra cosa...

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